El efecto colateral de ‘Cincuenta sombras de Grey’ que a Hollywood se le fue de las manos
La adaptación al cine de Cincuenta sombras de Grey fue uno de los grandes éxitos de Hollywood de la pasada década. Gracias al fenómeno que arrastraban las novelas de E.L. James y a la curiosidad que despertó su propuesta erótica, esta trilogía protagonizada por Jamie Dornan y Dakota Johnson recaudó un total de 1,324 millones en taquilla y aportó grandes beneficios a las arcas de la industria. Pero no todo fueron alegrías.
Como ya señaló Dakota Johnson a Vanity Fair en 2021, y como se vino rumoreando durante años, la puesta en marcha del proyecto no fue un camino de rosas. El control creativo de la autora de los libros, que también ejerció de productora, chocó con las decisiones que el equipo del film, a cargo de la directora Sam Taylor-Johnson. Esto desató un ambiente tenso en el rodaje, cambios continuos en el guion, idas y venidas en la planificación de las escenas y, en última instancia, al abandono de la cineasta de la franquicia y a su sustitución por el director James Foley.
“Tenía mucho control creativo, todo el día, todos los días, y exigía que sucedieran ciertas cosas. Había partes de los libros que simplemente no funcionaban en una película, como el monólogo interior, que a veces era increíblemente cursi. No funcionaba decirlo en voz alta. Siempre fue una batalla. Siempre”, destacaba Johnson sobre la escritora E.L. James calificando la experiencia de “aterradora”. «Hacíamos las tomas de la película que Erika quería hacer y luego hacíamos las tomas de la película que queríamos hacer. La noche anterior, reescribía escenas con el diálogo antiguo para poder agregar una línea aquí y allá. Fue como un caos todo el tiempo”.
Ahora, ha sido la directora Sam Taylor-Johnson quien ha hablado de su experiencia en Cincuenta sombras de Grey y sobre sus fricciones con E.L. James.