Luis Aguilar: De Pescador a Estrella de Cine en la Época de Oro
Luis Aguilar, conocido como «El Gallo Giro», transformó su vida de un futuro como empresario pesquero a convertirse en un ícono del cine mexicano, compartiendo pantalla con leyendas como Pedro Infante y Jorge Negrete. Aunque su camino hacia el estrellato fue fortuito, su talento y carisma lo llevaron a dejar una huella imborrable en la Época de Oro del cine.
Un Destino Inesperado
Antes de ser actor, Luis Aguilar se dedicaba a la pesca en Mazatlán, donde cultivó una pasión por el mar. «Desde niño tuve una afición única a la pesca», recordó. Con más de 20 lanchas camaroneras, su negocio prosperaba. Sin embargo, un giro inesperado ocurrió en una fiesta en la Ciudad de México, donde, tras unas copas, cantó y llamó la atención de un amigo del productor Raúl de Anda.
Éxitos en la Pantalla
Aguilar debutó en el cine en 1951, primero junto a Pedro Infante en «ATM», seguido por «¿Qué te ha dado esa mujer?». Su química en pantalla era innegable, y su estilo único lo hizo destacar entre otros actores de la época. En 1953, compartió protagonismo con Jorge Negrete en «Tal para cual», consolidándose como una figura prominente del cine.
«El enredo de cada quien con cada cual, una avalancha de melodías y carcajadas», anunciaba el póster de sus películas, invitando al público a disfrutar de su humor y carisma.
Reflexiones sobre su Carrera
En varias entrevistas, Aguilar habló sobre el paso del tiempo y su carrera. Reconoció que mantenerse como galán es un desafío, y que su versatilidad le permitió explorar distintos géneros, desde comedias hasta dramas. «Dios me dio vida para pasar de una generación a otra», afirmaba, destacando su evolución en el medio.
Superando Desafíos Personales
Luis Aguilar también enfrentó batallas personales, incluyendo el alcoholismo, que afectó su matrimonio con la actriz Rosario Gálvez. A pesar de estos desafíos, siempre se mostró como un padre y esposo dedicado, y su amor por el mar nunca lo abandonó.
A través de su carrera, Aguilar dejó un legado de humor y talento, convirtiéndose en un querido representante del cine mexicano junto a sus contemporáneos Pedro Infante y Jorge Negrete.
